lunes, 31 de marzo de 2014

DOS COSAS QUE DEBES TENER CLARAS PARA VENDER TUS PRODUCTOS

Cuando tenemos una idea de negocio, y queremos llevarla a cabo, a veces nos lanzamos sin pensar en una estrategia para sacar el máximo partido a nuestra empresa. Vamos dando palos de ciego, abrimos páginas y perfiles en redes sociales, blogs... y vamos viendo que no siempre obtenemos los mejores resultados, ni siquiera el mínimo esperado.
Hay dos cosas, que a mi entender son fundamentales, entre otras, que iremos viendo poco a poco.

Definir nuestro cliente ideal

 Estaréis hartas de verlo en un montón de sitios, pero verdaderamente es de vital importancia que sepamos a quién van dirigidos nuestros esfuerzos, para poder establecer una línea de actuación consecuente.
Solemos pensar que nuestros productos son "para todo el mundo", y ese mundo es enorme, por lo que debemos segmentar.


 Imaginaos que vuestro producto está dirigido a personas mayores, ¿qué harías para llegar hasta ellas? ¿Sólo en redes sociales? Debes investigar y saber en qué círculos se mueven para poder estar ahí y te conozcan. Igual que si está destinado a adolescentes, tienes que abrir perfiles(y mantenerlos) en redes sociales donde ellos más interactúan, por ejemplo en Tuenti.
Ros, de Seed Social Media nos da las preguntas clave para definir esa persona a la que va a ir dirigido nuestro producto: Sexo, edad, ocupación, hábitos de consumo...

Propuesta de valor

Sin saber cuál es nuestro cliente ideal, no podremos definir nuestra propuesta de valor, la segunda cosa que creo que es importantísima.
La propuesta de valor es aquello que te diferenciará de tus competidores, aquello que hará que ese cliente ideal que has definido te elija a ti, y no a otro, que hace lo mismo que tú y muchas veces no mejor que tú.
Si inviertes tiempo (y dinero) en una campaña de marketing y publicidad y llegas a un montón de posibles clientes, pero eso no se convierte en ventas, quiere decir que algo no termina de cuadrarle  y es porque no has definido qué hace que tenga que elegirte a ti, no eres la solución que esperaba.

Nuestra propuesta de valor se puede basar en muchas cosas, aunque solemos confundirla y pensar que solo se basa en el  PRECIO

FUENTE

¿Tu producto será más barato que otro?Si tu cliente es un cliente con poder adquisitivo bajo, bien,  pero si lo que buscas es otro tipo de cliente...
¿Tu producto es más caro, pero de mejor calidad? Con el precio hay mucho que hablar ya  que es lo que generalmente tocamos, para ofrecer el producto más barato que tu directo competidor. Ésto puede generar un problema: siempre habrá alguien que ponga los precios más baratos que tú, y al final, estamos trabajando gratis. ¿Es lo que quieres? Además, tendemos a pensar que un producto barato no es de buena calidad, por lo que pensamos que es mejor pagar más.
¿Por qué no eliges, además de un precio competitivo, otra cosa que te defina como la solución esperada? Por ejemplo la calidad tanto del producto, como del servicio que prestas. A lo mejor tu producto no es más barato, pero sí ofreces un mejor servicio post venta, más personalización, atención al público impecable...

Mira lo que hacen otros, y piensa qué es lo que tú puedes mejorar

Por ejemplo, para mí es fundamental un buen servicio técnico post venta, y cuando compro cualquier gran electrodoméstico, o un ordenador, TV... me da mejor resultado comprar en El Corte Inglés, que en cualquier otro sitio, porque, si bien es cierto que no es de lo más barato que hay, el servicio técnico es impecable, su política de devoluciones perfecta... yo prefiero pagar un poco más y saber que al mínimo problema estarán ahí para resolvermelo.


¿Tienes definido tu cliente ideal y tu propuesta de valor?







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